Por Eliyahu ben Avraham,
Para muchos puede parecer sorprendente o tal vez imposible que una persona fallecida vuelva a la vida, pero la Biblia hebrea afirma que muchas personas resucitarán (Daniel 12:2), también dice que el Eterno destruirá a la muerte para siempre (Ieshaiá/Isaías 25:8), pero también afirma que algunas personas no resucitarán (Ieshaiá/Isaías 26:14)
Si, el Eterno destruye a la muerte, quiere decir que en algún momento dejará de haber muerte.
«Destruirá a la muerte para siempre; y limpiará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque YIHWEH lo ha determinado.» (Ieshaiá/Isaías 25:8)
Sigamos,
«Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y oprobio perpetuo.» (Daniel 12:2)
Se fija que dice «muchos», no dice que todos serán «despertados», esto es debido a que algunas personas no resucitarán.
«Muertos son, no vivirán: han fallecido, no resucitarán: porque los visitaste, y destruiste, y deshiciste toda su memoria.» (Ieshaiá/Isaías 26:14)
Entonces, aquellos que no resucitarán son los impenitentes, es decir, las personas que se obstinan en el pecado, que perseveran en la maldad, sin mostrar señales de arrepentimiento.
¿Cómo es esto posible?
El Eterno recuerda cada segundo de la vida de cada persona que ha existido, por lo tanto, si Dios guarda ese recuerdo, se podría decir que la persona no ha muerto, solo «duerme», y solamente en casos extremos el recuerdo de esa persona es borrado (Ieshaiá/Isaías 26:14b), es decir, la persona deja de existir para siempre.
Veamos otras Escrituras:
«YIHWEH mata, y hace vivir; él hace descender al sepulcro, y hace subir.» (1 Shemuel/Samuel 2:6)
Citado de: «Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo: Yo hago morir, y yo hago vivir: Yo hiero, y yo curo: Y no hay quien pueda librar de mi mano.» (Devarim/Deuteronomio 32:39)
Cuando dice la Escritura que YIHWEH hace subir del sepulcro, está hablando de la resurrección.
La vida eterna en las Escrituras.
Adam y Java podrían haber alcanzado la vida eterna si hubiesen comido del fruto del árbol de la vida (Bereshit/Génesis 3:22), pero ese árbol ya no está al alcance de la humanidad, sin embargo, ahora tenemos la Torá.
Hay varias Escrituras que mencionan la vida eterna en las Escrituras, pero ese regalo es solamente para aquellos que vivieron una vida justa, guardando los mandamientos de YIHWEH.
Apártate del mal, haz el bien y vivirás para siempre (Tehilim/Salmo 37:27)
David consciente de que heredaría la vida eterna dijo: «bendeciré tu nombre eternamente y para siempre» (Tehilim/Salmo 145:1)
También dijo que guardaría la Ley para siempre, eternamente (Tehilim/Salmo 119:44)
YIHWEH dijo que David sería príncipe para siempre (Iejezkel/Ezequiel 37:25)
Conocer y entender la Ley de YIHWEH es árbol de vida (Misheli/Proverbios 3:18)
Si el impío se aparta de los malos caminos y guarda los mandamientos de YIHWEH, salvará su vida (Iejezkel/Ezequiel 18:27)
La idolatría es condenación.
Algunos dirán, que todas las religiones creen en el mismo «dios», o que todas las creencias conducen a la «salvación», pero esas ideas no se originan en las Escrituras hebreas, así que son falsedades.
Para una persona que transgrede continuamente la Ley de YIHWEH puede parecer atractiva la idea de que alguien ya pagó por sus pecados, y que por el mero hecho de creer en esa persona martirizada nos volvemos santos, sin necesidad de guardar la Ley, pero en el Tanaj dice que YIHWEH perdona nuestros pecados cuando nos arrepentimos, es decir, cuando tomamos la firme determinación de no seguir pecando.
«Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todas mis ordenanzas, e hiciere juicio y justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas sus rebeliones que cometió, no le serán recordadas; por su justicia que hizo vivirá.» (Iejezkel/Ezequiel 18:21-22)
Entonces, si alguien quiere ser perdonado, debe dejar de pecar, es decir, tiene que dejar de violar la Ley de YIHWEH, sea judío o extranjero. (Devarim/Deuteronomio 31:12; Irmiá/Jeremías 12:16-17)
"Apártate del mal, haz el bien y vivirás para siempre."
(Tehilim/Salmo 37:27)