Por Eliyahu ben Avraham,
En el judaísmo no hay diablo, ni demonios, porque ningún ángel podría rebelarse contra Dios para intentar desbaratar sus planes, no hay nadie que pueda boicotear a Dios, porque YIHWEH Dios es todopoderoso (Job 37:23), además, todos los ángeles le alaban y le bendicen (Tehilim/Salmos 103:20-21; 148:2; Iov/Job 38:7)
YIHWEH es Todopoderoso.
YIHWEH reina sobre todo (Tehilim/Salmos 103:19), YIHWEH reina sobre toda la tierra (Salmos 47:2), reina sobre las naciones (Tehilim/Salmos 47:7-8), así que no hay cabida para un reino de ángeles malos.
El falso diablo del cristianismo.
Al igual que el Zoroastrismo y su inexistente Ahrimán, el cristianismo cree que hay un reino de ángeles malos con un líder maligno al cual denominan «diablo», «Lucifer», y le consideran un «dios» (2 Corintios 4:4), pero según la Biblia hebrea, eso es politeísmo, idolatría, porque solo hay un Dios: YIHWEH. (Devarim/Deuteronomio 4:39; Ieshaiá/Isaías 45:5)
Isaías 14 habla del rey de Babilonia.
Algunos creen que el profeta Isaías habló del «diablo» en el capítulo 14, pero la Escritura dice claramente que es una profecía contra el rey de Babilonia (Isaías 14:4), y el versículo 11 dice que «descendió al sepulcro y gusanos lo cubrirán», entonces, es evidente que la profecía habla de un hombre, no de un ángel. El hecho, de que el profeta lo compare con un astro brillante en el verso 12, es parte del lenguaje poético de las Escrituras.
Ezequiel 28 habla del rey de Tiro.
Otro texto que tergiversan algunos es Iejezkel/Ezequiel 28:12-19, pero esa profecía habla del Rey de Tiro (vs. 12), luego a partir del versículo 13 comienza el lenguaje figurativo y se le compara con un querubín, debido a su esplendor, las joyas, y la sabiduría, pero en el versículo 19 termina el simbolismo y dice que ese rey dejará de existir.
Entonces, el lector debe comprender que en la Escritura encontrará muchos textos con lenguaje figurativo, y la clave para no malinterpretar un texto es recordar que no se pueden contradecir los fundamentos más básicos de la Torá, por ejemplo: la unicidad de YIHWEH, que YIHWEH es todopoderoso, que YIHWEH es el rey de todo el universo, que la Torá no puede abolirse, entre otros.
¿Qué es Satán?
Etimológicamente, Satán significa adversario, pero no un adversario de Dios, sino uno que trabaja para Dios. Ciertamente, cualquiera de sus ángeles podría actuar como un satán/adversario (Números 22:22, 32), también un hombre puede ser un adversario/satán de otro hombre (1 Melajim/Reyes 5:4; 11:14, 23; 1 Shemuel/Samuel 29:4), incluso, Dios mismo puede ser un adversario/satán, tal como ocurrió cuando YIHWEH incitó a David para censar a Israel (2 Shemuel/Samuel 24:1; 1 Divrei Haiamim/Crónicas 21:1), pero esto siempre ocurre con la finalidad de probar y corregir a las personas.
El Satán de tiempo completo.
Sin embargo, en el libro de Iyov y en Zejariá hay evidencia de que un ángel es Satán/Adversario de tiempo completo, ya que la Escritura lo individualiza llamándole «El Satán» (Iyov/Job 1:6; Zejariá/Zacarías 3:2), pero eso no cambia el hecho de que es un adversario que trabaja para Dios, es como un fiscal que actúa bajo la supervisión del Creador.
«Y un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de YIHWEH, entre los cuales vino también el Satán. Y dijo YIHWEH al Satán: ¿De dónde vienes? Y respondiendo el Satán a YIHWEH, dijo: De rodear la tierra, y de andar por ella.» (Iyov/Job 1:6)
Conclusión.
Por lo tanto, satán se refiere a un adversario que trabaja para YIHWEH Dios, y puede ser un ángel, un hombre, o Dios mismo, aunque también hay un ángel denominado «el Satán» que actúa como fiscal acusador. Es decir, Satán es un adversario que trabaja para el Creador con la finalidad de acusar, y/o poner a prueba a los hombres.