Por Eliyahu ben Avraham,
La Torá autoriza comer carne de animales puros/tahor (Devarim/Deuteronomio 14; Vaikrá/Levítico 11), es decir, de los animales terrestres, aquellos que tengan pezuña hendida y sean rumiantes, de los animales acuáticos, aquellos que tangan aletas y escamas, y de las aves, aquellas que pertenezcan a la familia de la codorniz, la paloma, y la tórtola, ya que la ley no entrega las características de las aves limpias, entonces, debemos identificarlas por su especie.
Sin embargo, no basta con saber que animales son puros/tahor y que animales son impuros/tamé, también es muy importante que al matar un animal puro/tahor, su sangre sea derramada en el suelo como agua (Devarim/Deuteronomio 15:23), y para lograr esto, el animal puro debe ser degollado rápidamente cortando su garganta, la arteria carótida y la vena yugular, pues, de esta manera se logra que el cerebro del animal se desangre antes de que llegue la señal del dolor, y así se minimiza el sufrimiento del animal.
Lamentablemente, la mayoría de los mataderos utilizan otros métodos para matar al animal, lo que hacen es inmovilizar a los animales con golpes, descargas eléctricas, o balines, y luego los faenan, obviamente esos métodos crueles no están aprobados por la Torá, porque la ley de YIHWEH enseña a tener compasión con los animales, además, no podemos comer un animal que no fue debidamente desangrado, porque se le considera un cadáver o mortecino, y la Ley enseña que ni siquiera podemos tocar un animal que ha muerto sin ser desangrado. (Devarim/Deuteronomio 14:21)
Asimismo, la Torá también prohíbe comer animales desgarrados por fieras salvajes, de esta manera el Eterno nos protege de posibles enfermedades infecciosas que pudiera tener el animal, pero la prohibición se debe a que el animal no fue desangrado adecuadamente. (Shemot/Éxodo 22:31)
Además de lo anterior, hay una costumbre entre los hijos de Israel de evitar comer el tendón/gid del muslo, esta no es una instrucción explicita de la Torá, pero si el Eterno permitió que quedara registrada registrada en la Torá, es por algo (Bereshit/Génesis 32:32)
Asimismo, tampoco se puede comer la grasa/jelev que cubre las entrañas de un animal, sin embargo, al leer detenidamente levítico capítulo 3, podemos concluir que jelev también se refiere a los riñones y la cola de un animal, algunos argumentan que esta ley es para sacerdotes, pero en Levítico 7:23 menciona que es para todo los hijos de Israel.
«Habla a los hijos de Israel, diciendo: Ningún jelev de buey, ni de cordero, ni de cabra, comeréis.» (Vaikrá/Levítico 7:23)
De hecho, la grasa que cubre los intestinos tiene mucho cortisol y otras toxinas que se filtran de los intestinos y nos podrían provocar una indigestión, así mismo, los riñones son los órganos encargados de eliminar los desechos líquidos del organismo, todo esto nos muestra la sabiduría del creador expresada en la bendita Torá.
¿El extranjero debe evitar el consumo de sangre?
Por supuesto, la autorización para comer carne se dió en Bereshit/Génesis capítulo 9, y el Eterno le dijo a Noaj: «Todo lo que se mueve, que tiene vida, os será para alimento; así como la verdura de hierba, os lo he dado todo. Empero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.» (Bereshit/Génesis 9:3-4)
Sin embargo, el Eterno no estaba autorizando a Noaj y a sus descendientes a comer insectos, lagartos, perros, ni nada de eso, porque Noaj sabía distinguir entre animales puros e impuros (Bereshit/Génesis 7:2), por lo tanto, se estaba autorizando a la humanidad a comer animales puros, y previamente desangrados.
Esto queda confirmado en Vaikrá/Levítico 17 donde se prohíbe al extranjero consumir animales impuros y sangre.
«Y cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que residen entre ellos, que comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y le cortaré de entre su pueblo.» (Vaikrá/Levítico 17:10)
«Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que reside entre vosotros comerá sangre.» (Vaikrá/Levítico 17:12)
«Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que cogiere caza de animal o de ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.» (Vaikrá/Levítico 17:13)
Cuando dice que «sea de comer», se refiere a que sea «apto para su consumo», es decir, debe ser un animal puro, y esta exigencia es tanto para hijos de Israel como para los extranjeros residentes o extranjeros justos.
Hay un texto en Deuteronomio 14:21 donde se menciona que los forasteros pueden consumir mortecinos o cadáveres de animales (nevelá), pero no está hablando de extranjeros residentes o extranjeros justos, sino de forasteros que no guardan la ley, porque un animal que muere de forma natural contiene sangre, y el extranjero justo tiene estrictamente prohibido el consumo de sangre, como ya lo hemos visto. (Bereshit/Génesis 9:4; Vaikrá/Levítico 17:12)
Recordemos además, que el extranjeros justo debe guardar todas las palabras de la Torá.
«Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros (ger) que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a YHVH vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley« (Devarim/Deuteronomio 31:12)
Las leyes de alimentación son para toda la humanidad, entonces, si la carne cumple con todos los requisitos estipulados en la Torá, se puede comer, pero si no cumple alguno de los requisitos no se puede comer, y ante la duda es mejor abstenerse.